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M.ª Paz Ferrer

21/06/15

Los impactos globales del uso del suelo sobre la biodiversidad local terrestre

Publicado en la prestigiosa revista Nature (http://www.nature.com/nature/journal/v520/n7545/full/nature14324.html), el documento incide en que el uso del suelo que hace la humanidad para dedicarlo a la producción agrícola se ha traducido en un coste para los ecosistemas locales en todo el mundo, pero algunos de los daños pueden ser revertidos, de acuerdo con las conclusiones recabadas por los expertos que han participado en el estudio.

En concreto, una red global de colaboradores ha presentado datos de todos los continentes, lo que ha contribuido a realizar el panorama más completo hasta ahora conocido de los efectos que el uso del suelo realizado por el hombre tiene sobre la biodiversidad terrestre a escala local. Así, el equipo de científicos ha evaluado los cambios en la biodiversidad desde el año 1500 hasta la actualidad, para lo que ha sido necesario consultar más de 280 publicaciones y considerar 26 593 especies.

Entre las revelaciones más destacadas, los especialistas subrayan que para 2005 el cambio de uso del suelo había causado una disminución de 13,6 % en el número medio de especies que se encuentran en los ecosistemas locales, en comparación con la era preindustrial. La mayor parte de la pérdida se ha producido en los últimos 100 años.

Asimismo, el equipo llegó a la conclusión de que, si los impactos humanos continúan creciendo como lo han hecho hasta ahora, las pérdidas futuras en la biodiversidad se concentrarán en los países biodiversos pero económicamente pobres.

En el resumen del artículo publicado en Nature, los científicos subrayan que «las actividades humanas, especialmente la conversión y la degradación de los hábitats, están causando disminuciones globales de biodiversidad. Cómo están respondiendo los conjuntos ecológicos locales a esta pérdida está menos claro, lo que preocupa enormemente, dada su importancia para muchas funciones y servicios de los ecosistemas».

Para la realización de la investigación, los expertos analizaron un conjunto de datos terrestres de cobertura geográfica y taxonómica sin precedentes para cuantificar las respuestas de la biodiversidad de la zona al uso del suelo y los cambios relacionados. Este análisis «mostró que, en los hábitats más afectados, estas presiones reducen la riqueza de especies dentro de la muestra en un promedio del 76,5 %; la abundancia total, en un 39,5 %; y la riqueza basada en la rarefacción, en un 40,3 %. Estimamos que, a escala global, estas presiones ya han reducido ligeramente la media de la muestra de la riqueza (un 13,6 %), la abundancia total (un 10,7 %) y la riqueza basada en la rarefacción (un 8,1 %), con cambios que muestran una marcada variación espacial», continúa el abstracto.

«Se prevén pérdidas más rápidas en virtud de un escenario business-as-usual en el uso del suelo; dentro de la muestra se proyecta que la riqueza caerá más del 3,4 % a escala mundial para el año 2100, con pérdidas que se concentran en los países biodiversos pero económicamente pobres. Una mitigación fuerte puede ofrecer cambios mucho más positivos de la diversidad biológica (hasta un aumento medio del 1,9 %) que están menos relacionados con el nivel socioeconómico de los países», concluye el resumen.

Según declaraciones de Achim Steiner, subsecretario general de la ONU y director ejecutivo del PNUMA, «a medida que nuestra comprensión del impacto humano sobre los ecosistemas y la pérdida cada vez mayor de especies crece, así debe hacerlo también nuestra voluntad de cambiar de rumbo. La adopción de marcos de políticas sólidas que apoyen la creación de mercados de carbono eficaces y prácticas de uso del suelo para la conservación de los hábitats naturales son algunos de los ejemplos de las oportunidades que debemos aprovechar».

Por su parte, el autor principal del estudio, Tim Newbold, del Centro de Monitoreo Mundial de la Conservación, destaca que «el peor de los casos que hemos mapeado tendría un impacto severo en la mayoría de las regiones del planeta. Nuestros modelos predicen que la rápida expansión de la agricultura, especialmente en los países más pobres, harán que las pérdidas de biodiversidad sean más rápidas. Sin embargo, otros escenarios dan un resultado mucho más positivo para la biodiversidad, especialmente para los países más pobres».

Los investigadores concluyen que las zonas más afectadas han perdido uno de cada tres de sus especies, lo suficiente como para afectar sustancialmente al funcionamiento de esos ambientes.

Andy Purvis, del Museo de Historia Natural de Londres, uno de los científicos principales que ha participado en el estudio, defiende que «estos hallazgos son un hito importante en la comprensión de nuestro impacto en el planeta. Nos muestran que lo que sucederá después queda completamente abierto para nosotros. Si seguimos como estamos, el número de especies caerá en casi un 3,4 % de promedio para el año 2100. Pero si la sociedad tiene una acción concertada y reduce el cambio climático mediante una valoración adecuada de los bosques, a finales del siglo podremos deshacer los últimos 50 años de daños a la biodiversidad en la tierra».